La clave para un piercing en la lengua sin problemas es una correcta higiene bucal. Sigue estos consejos para evitar problemas o contratiempos que ralenticen la curación o incluso provoquen infecciones en tus nuevos piercings:
- Elimina los trozos de comida.
- Bebe mucha agua a lo largo del día.
Adquirir una infección, ya sea en el labio o en la lengua, puede relentizar el proceso de al periodo de curación y cicatrización y realmente poner freno a las cosas cuando se trata de volver a sentirse cómodo con uno mismo poco después de ser investido con nuevos piercings.
Cómo cuidar el piercing de la lengua correctamente
Lo más importante que hay que hacer antes de tocar la lengua es asegurarse de que no hay gérmenes ni bacterias en las manos. Esto ayudará a evitar el dolor durante el procedimiento, así como a garantizar un buen resultado.
Es fundamental que realices esta limpieza varias veces al día (preferiblemente después de las comidas). Si lo desea, puede hacerlo con una solución salina casera hecha con sal marina diluida en agua o simplemente lavarse con agua y jabón al menos dos veces al día.
La idea es cepillarse los dientes con un cepillo eléctrico después de cada comida y al menos tres veces al día; de esta manera habrá menos posibilidades de transmisión de los dientes a la lengua y también se puede evitar la irritación o la hipersensibilidad.
El uso de un spray bucal antiséptico puede garantizar la 100 isinfección de la zona.
El consumo de tabaco está totalmente prohibido si quieres que tu proceso de curación con la lengua sea exitoso. En este artículo sobre consejos para dejar de fumar sin ansiedad descubrirás una larga lista de pautas que pueden ayudarte a la hora de abandonar definitivamente este hábito tan perjudicial.
El proceso de cicatrización de la lengua aún es fuerte, por lo que es mejor no beber alcohol ni fumar cigarrillos si quieres que la herida se mantenga limpia y sana.
Los alimentos picantes y ácidos pueden ser difíciles de comer cuando se tiene un piercing en la lengua. Lo mejor es intentar evitar estos tipos si es posible, o al menos comerlos masticados para que tu lengua se acostumbre a ellos más rápido. Otra buena idea es evitar las bebidas como el té helado caliente o las bebidas con sabores fuertes, ya que estas pueden cambiar el equilibrio del pH en las células de la boca, causando irritación cuando se consumen regularmente o demasiado a la vez.