Un piercing en el pezón es un tipo de piercing que utiliza una aguja para extraer parte del pezón. Este procedimiento se realiza normalmente como medio de autoexpresión o de juego con el pezón.
Los piercings en los pezones pueden tener una profundidad que va desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. El nivel de dolor asociado a los piercings en los pezones suele variar en función de varios factores, como la profundidad del piercing, el umbral de dolor de la persona y su nivel de excitación. Los piercings en los pezones pueden hacerse con o sin la ayuda de un perforador experimentado.
Muchas personas consideran que los piercings en los pezones son una forma agradable y segura de expresarse.
Historia del piercing del pezón
Hay pocos registros históricos de piercings en los pezones, por lo que es difícil verificar algunas afirmaciones de la antigüedad. Sin embargo, lo que sí sabemos es que estos piercings sí existían hace siglos y se veían sobre todo en textos eróticos a primera vista. Los romanos son conocidos por haber condecorado a los guardias con anillos de oro en cada pezón para mostrar su valentía mientras llevaban sus capas cortas; sin embargo, estas afirmaciones también pueden ser exageradas como parte del recorrido.
La historia del piercing en el pezón es una interpretación errónea de lo que las damas llevaban en el pecho. Ellas tenían todos los detalles anatómicos cincelados incluyendo los pezones de los que a veces colgaban anillos o supuestamente había una práctica a finales de la era victoriana alrededor de 1890 entre las damas de la alta sociedad que realzaban su volumen haciéndolo información proveniente de cartas publicadas en la revista Society en 1899 que tratan de fantasías eróticas más que de descripciones reales de la actividad.